Skip to main content

Corresponsabilidad y alianzas son conceptos clave sobre los que se asientan los grandes compromisos y guías de acción internacionales que buscan construir un mundo más sostenible y justo para todos, entre ellas, la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Y lo son en uno de los pilares clave para sostenerlo: la transición energética hacia un sistema más accesible para los usuarios, eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Las metas son ambiciosas y, si en algo coinciden expertos, científicos y gobiernos, es en que será imposible conseguirlas sin la implicación de todos los actores, empezando desde la base social, el ciudadano.

Una de las fórmulas para conseguirlo son las comunidades locales de energías renovables, un modelo innovador desde el punto de vista social, medioambiental y económico.

Así lo ha entendido la Generalitat Valenciana, que ha aprobado el ‘Plan de Fomento de las Comunidades Energéticas Locales (CEL)’, cuyo principal objetivo es que, en 2030, todos los municipios del territorio valenciano dispongan de al menos una CEL. Actualmente, la región cuenta con ocho comunidades energéticas en diferentes fases de desarrollo -un tercio de las que existen en toda España-, en siete de las cuales participa Sapiens Energía -en cinco, como promotor, y en dos, con diferentes formas de colaboración-.

«Este plan es resultado de un trabajo cooperativo y colaborativo y ha contado con un grupo de trabajo, en el que están representadas administraciones públicas, sector energético, consumidores y entidades cooperativas, que nos ha permitido plasmar una visión compartida»

Júlia Company, directora general del Ivace.

El nuevo ‘Plan para el fomento de las CEL’, elaborado por la Conselleria de Economía -a través del Instituto Valenciano de Competitividad Empresial, Ivace-, contempla diferentes acciones de impulso, desde las orientadas a la divulgación, formación y capacitación en este modelo, apoyo en la tramitación y desarrollo técnico-administrativo, la puesta en marcha de una plataforma donde queden registradas todas las superficies públicas y privadas utilizables, la creación de un ‘sello de verificación’ de CEL, así como líneas de ayudas y subvenciones a fondo perdido -que permiten cubrir hasta el 65% del coste de la instalación fotovoltaica de autoconsumo colectivo- y bonificaciones fiscales, entre otras.

(Programa de impulso de instalaciones de energías renovables para la generación y autoconsumo colectivo en régimen de comunidades de energías renovables).

Actuaciones que se complementarán con las articuladas desde otras consellerias (fundamentalmente, las de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y la de Vivienda y Arquitectura Bioclimática), las tres Diputaciones provinciales, el Gobierno central y la Unión Europea -entre ellas, los fondos Next Generation-.

En este contexto, vamos a explicar, de forma resumida, qué es una comunidad energética, qué requisitos debe cumplir, quién puede promoverla, cómo funciona y cómo se gestiona.

Placas solares el edificio público La Clau, de la Comunidad Energética Local de Alzira.

 

¿Qué es una comunidad energética y qué impactos positivos genera?

Una comunidad energética es un nuevo modelo de generación, uso y gestión de la energía a nivel local, a través de la cooperación entre agentes -ciudadanía, administración y pymes-, que contribuye a crear un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo, al basarse en la participación activa de los propios usuarios. Pone la energía en manos de la gente.

Los miembros de las CEL se convierten, al mismo tiempo, en productores, gestores y usuarios de energía limpia y más económica, mediante instalaciones de autoconsumo colectivo que son propiedad de la comunidad energética.

El fin principal es generar beneficios sociales y medioambientales en el entorno donde se ubican, primando la sostenibilidad, si bien es importante destacar que los usuarios logran entre un 20% y un 30% de ahorro en su factura anual, gracias a la energía verde de proximidad y más económica.

 

Al centrarse en un ámbito local, las comunidades energéticas actúan como impulsoras de oportunidades de actividad económica y empleo en el territorio donde se ubican, al tiempo que permiten reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, entre otros puntos, contribuyendo, así, al objetivo de neutralidad perseguido por Europa en el marco del Acuerdo de París y la Agenda 2030 -ODS 7, ‘Energía asequible y no contaminante’, y ODS 13, ‘Lucha contra el cambio climático’.

El marco de gobernanza de la comunidad está basado en la colaboración público-privada-ciudadana.

¿Quién puede promover una CEL?

El modelo de Comunidad de Energías Renovables para autoconsumo colectivo es aplicable tanto a nivel municipal, como en zonas residenciales, comunidades de vecinos y en áreas empresariales. Sin duda, los avances en su desarrollo normativo, a nivel europeo, nacional y autonómico, supondrán un gran salto en proyectos en los próximos meses.

La directiva europea y los textos legales que están desarrollándola a nivel nacional contemplan que pueden ser parte de una comunidad energética de energías renovables Administraciones Públicas, pymes y ciudadanía. Y cualquiera de ellos puede actuar como impulsor de la iniciativa, aunque es importante tener en cuenta que su definición, desarrollo y gestión requieren de cierta profesionalización, ya que el sector energético está fuertemente regulado.

«El Plan de Fomento de las CEL nos marca el camino a seguir en los próximos años, identificando los principales retos y oportunidades, al tiempo que establece las principales líneas de actuación»

Rafael Climent, conseller de Economía

La comunidad energética de energías renovables es un concepto y caben diferentes figuras jurídicas. En el caso de Sapiens Energía, la forma es de cooperativa, pero hay otras que se constituyen como asociación o como una sociedad limitada.

Requisitos obligatorios para crear una comunidad energética

La mayor parte de los proyectos que están actualmente en desarrollo se están organizando en torno a instalaciones de energía solar ubicadas sobre cubiertas de titularidad pública -edificios municipales-, pero pueden construirse sobre tejados propiedad de una comunidad de vecinos, de una empresa o de un particular que quiera asumir un papel activo en este modelo transformador.

Lo importante es que se cumplan los requisitos definidos por la normativa. Los principales son:

  • Configuración: Entidad jurídica de participación abierta y voluntaria, por parte de Administraciones locales, pymes y ciudadanía.
  • Gestión: Controlada efectivamente por los socios, democrática (preferiblemente, bajo la fórmula ‘un miembro, un voto’)
  • Régimen de propiedad de los activos: Siempre son titularidad de la comunidad.
  • Objetivos perseguidos: Se otorga prioridad a los beneficios sociales y medioambientales, frente a ganancias financieras, pero garantizando su viabilidad económica. La rentabilidad o beneficios que puedan obtenerse revertirán en la propia comunidad o en su entorno.
  • Limitaciones físicas de acceso al servicio en el autoconsumo colectivo: Se dará cobertura a usuarios que se encuentren en un radio de 500 metros desde la instalación fotovoltaica productora -según establece la ley-. En este sentido, es importante tener en cuenta que un mismo municipio puede contar con varias instalaciones de generación, con diferentes usuarios asociados bajo la cobertura de la misma entidad jurídica.

¿Cómo funciona una CEL y a qué puede destinarse la energía?

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (Idae) -organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico-, apunta, entre las principales actividades que pueden desarrollar las comunidades energéticas locales:

  • La generación de energía procedente de fuentes renovables.
  • Su distribución y suministro.
  • La agregación y almacenamiento de energía.
  • La prestación de servicios de eficiencia energética.
  • Servicios de recarga para vehículos eléctricos eléctricos.
  • Otros servicios energéticos.
Instalación fotovoltaica de la Comunidad Energética Local de Llíria.

La energía producida con fuentes renovables -en este caso, placas solares- se vierte a la red eléctrica y es medida por un contador. Cada socio dispone de otro contador que mide la que consume. Una vez realizado el cruce de medidas de los contadores y los usuarios, reciben un descuento en su factura por la energía que han usado en el momento en el que la planta solar estaba produciendo. Fuera de las horas de actividad solar, el usuario recibe la electricidad de la red tradicional.

En este sentido, hay que destacar que se está avanzando en la investigación y desarrollo de baterías, que, en un futuro cercano, permitirán almacenar los excedentes producidos y no consumidos durante las horas de sol para poder utilizarlos el resto de la jornada, maximizando la autonomía del sistema tradicional al igual que el ahorro.

Las placas solares tienen una vida útil de al menos 25 años y permiten generar ahorros a aquellos usuarios que se suman a la comunidad energética desde el primer día -con una media de entre un 10% y un 30% de reducción en la factura eléctrica anual-. Además de garantizar energía más asequible, desde un punto de vista económico, para todos los usuarios, en el caso de Sapiens Energía se realizarán acciones específicas para dar cobertura a familias en situación de pobreza energética.

Desde el punto de vista operativo, Sapiens Energía aporta todas las soluciones y herramientas técnicas; procesos de formación, dinamización y participación ciudadana; comunicación y difusión, y coordinación y gestión de cada proyecto. El impacto positivo se produce, directamente, en el territorio.

El modelo pionero de Sapiens Energía

Sapiens Energía es una Comunidad de Energías Renovables (CER) que tiene como finalidad generar una red de comunidades energéticas locales, lo que constituye su principal factor diferencial respecto a otras iniciativas que se están desarrollando en este ámbito. Desde un punto de vista práctico, esto supone que trabajamos con el paraguas de Sapiens como entidad jurídica -bajo la forma de cooperativa- para promover diferentes comunidades energéticas a nivel local. Cada una de ellas, tiene sus propias entidades co-promotoras o colaboradoras y sus socios, y cuentan con estatutos específicos, para regular su funcionamiento y gestión.

La cooperativa es la persona jurídica titular y, junto a sus socios, la propietaria de las instalaciones de energía renovable, y el marco de gobernanza de cada comunidad está basado en la colaboración público-privada-ciudadana. Las decisiones se toman o ratifican en asamblea general, bajo el principio de ‘un socio, un voto’.

Sapiens Energía tiene en marcha cinco proyectos promovidos directamente, dos en Albalat dels Sorells -uno impulsado con la cooperativa de movilidad sostenible AlternaCoop, y otro con la Cooperativa Agrícola Santos de la Piedra-, y uno en Llíria, Alzira y Fontanars dels Alforins. Además, participa en los promovidos por los Ayuntamientos de Valencia -en el barrio de Castellar-l’Oliveral- y Canet d’En Berenguer.

A ellos se sumarán, en los próximos meses, otros desarrollos, actualmente en tramitación.

Instalación solar de la Comunidad Energética Local de Albalat dels Sorells, en el techo de AlternaCoop

Solo si todos y cada uno de los agentes, públicos, privados y ciudadanía, asumimos nuestro papel real y efectivo podremos lograr construir ese modelo más eficiente, sostenible y justo para todos. ¡Pongámonos en marcha!