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Transición Energética Solar (Tranesol), empresa centrada en el desarrollo de proyectos fotovoltaicos, y Sapiens Energía, cooperativa sin ánimo de lucro especializada en la creación y gestión de comunidades energéticas, crean la figura de Comunidad de Energía Renovable Agrovoltaica o Agro-fotovoltaica, modelo que permite valorizar zonas abandonadas, degradadas o de productos de baja rentabilidad mediante la reconversión del cultivo y la implantación de una planta de generación de energía renovable.

El primer proyecto, Picassent Solar, que se construirá a finales de 2021, es ejemplo de esta convivencia entre generación de energía renovable con la tecnología más avanzada y actividad agrícola, con un diseño sostenible, adaptado a la realidad del territorio y que permitirá generar actividad económica local y empleos en un suelo sin trabajar en los últimos 40 años -de una explotación porcina abandonada-, lo que había provocado su degradación.

El proyecto se ha presentado en una jornada online en la que ha participado la Administración autonómica, con la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace, dependiente de la Conselleria de Economía Sostenible); el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, del Ministerio para la Transición Ecológica), y las organizaciones representativas de las empresas de energía, Avaesen, y de los agricultores, AVA-Asaja.

Pedro Fresco, director general de Transició Ecològica de la Conselleria de Agricultura, destaca que “la agricultura y las energías renovables no son enemigas, son aliadas, y es fundamental tenerlo claro. Las renovables son las que pueden ayudar a implantar soluciones sostenibles en el territorio, el paisaje y la agricultura, porque, sin ellas, la descarbonización y la lucha contra el cambio climático es imposible. El cambio climático no negocia y tenemos que actuar cuanto antes; si no lo hacemos, estamos suicidándonos a futuro. Proyectos como las Comunidades Energéticas Agro-fotovoltaicas son muy interesantes y ayudan a avanzar en esta línea».

Contribución a las agendas locales y globales

El modelo agro-fotovoltaico se ha desarrollado con éxito en otros países, como Japón, Vietnam, Taiwán, Chile, Francia, Bélgica o Alemania, con proyectos de gran tamaño. La propuesta de Tranesol y Sapiens plantea proyectos sostenibles, integrados en el entorno, que permitan valorizar las zonas donde se implanten. De esta forma, se logrará avanzar en dos de los grandes retos que afronta España: el abandono de tierras de cultivo y la despoblación rural y el avance en los objetivos globales de generación de energía con renovables.

En Picassent Solar se instalarán 11.000 metros cuadrados de placas solares -con 1,5 MW de potencia instalada- en un terreno de 26.500 metros cuadrados de superficie. Las placas estarán en alto -con hasta 4 metros de altura en algunas zonas-, de manera que ninguna de las dos actividades ejercerá limitación alguna sobre la otra, y en la tierra se trabajará con cultivos innovadores, de mayor rentabilidad, como frutas tropicales. Se generarán dos empleos directos indefinidos a jornada completa, cuatro empleos temporales y seis empleos de manera indirecta. Además, se conseguir un recorte de 1.920 toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera.

En total, la planta permitirá abastecer a los agricultores y a unos 500 usuarios -hogares y pymes- que se encuentren en un radio de cobertura de 50 kilómetros desde la instalación. La potencia podría ampliarse en una segunda fase.

“La energía forma parte de nuestra vida y de todas nuestras actividades. Si estos proyectos ayudan a potenciar la economía local y generar empleo, a través de las alianzas entre sectores, la aceptación y participación de la ciudadanía será mayor. Tenemos que conseguir que las comunidades energéticas vayan ligadas al territorio. En el caso de los proyectos agrovoltaicos, estamos hablando de un modelo innovador dentro de otro modelo innovador, el de las comunidades de energías renovables”, señala Germán Cuñat, jefe del Departamento de Planificación, Estudios y Energías Renovables, del Ivace.

En este sentido, Ricardo Romaguera, CEO de Tranesol, subraya que, “para el desarrollo de estos modelos innovadores, que tantos beneficios pueden aportar en las regiones donde se implanten, es imprescindible el apoyo y la participación de las Administraciones Públicas”.

La construcción de la planta agrovoltaica se ha confiado a la empresa valenciana Ingeniería y Desarrollos Renovables (Inderen), compañía con más de 10 años de experiencia en este tipo de proyectos.

Rosa María Gómez, de AVA-Asaja, expuso las necesidades de los agricultores.

«El sector primario es clave para evitar el despoblamiento de las zonas rurales y actúa como barrera natural frente a la desertización y al cambio climático, siendo fijador de CO2. Necesitamos conseguir una rentabilidad de los productos agrarios que nos permita adaptarnos a las nuevas tecnologías. La electricidad es uno de los costes de producción más significativos en agricultura, por lo que es esencial avanzar en proyectos que permitan mejorar la rentabilidad del sector», apunta Rosa María Gómez, técnico del Departamento de Aguas, Proyectos y Expropiaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores, AVA-Asaja.

Por su parte, Marcos J. Lacruz, presidente de la Asociación de Empresas del Sector de la Energía, Avaesen, apunta que “tenemos que hablar más allá de modelos técnicos; hablar de modelo social, de colaboración, entre entidades y entre personas. En este caso concreto, estamos hablando de un modelo transformador y generador de empleo, con soluciones técnicas que hacen perfectamente compatibles instalaciones fotovoltaicas en altura y cultivos debajo”.

Sistema descentralizado, participativo y sostenible

La constitución como comunidad energética garantiza “la participación directa de la ciudadanía en la propiedad, gestión y consumo de la energía generada en el proyecto, avanzando en la construcción de un sistema descentralizado, participativo, eficiente y sostenible, que contribuye a la lucha contra el cambio climático. Hemos diseñado un modelo replicable, que puede adaptarse a la realidad y necesidades de cada territorio, y esperamos que sirva de inspiración para muchas otras iniciativas en toda España, y se multipliquen los impactos sociales y medioambientales positivos”, indica Juan Sacri, presidente de Sapiens Energía.

Explica, además, que se trata de los primeros proyectos de comunidades energéticas de energías renovables (CER) en alta tensión que se desarrollan en España.

Para la construcción de Picassent Solar, se han solicitado ayudas gestionadas por el IDAE para los proyectos de comunidad de energías renovables, cofinanciadas con Fondos FEDER de la Unión Europea.

«La hoja de ruta de comunidades de energías renovables están en marcha en España, con desarrollos normativos que adaptan la normativa europea y los grandes compromisos internacionales, y acciones y medidas de apoyo», indicó Carlos Montoya, jefe del Departamento Solar del IDEA, que hizo un repaso por los principales puntos en ambas líneas.

El resto de la inversión se cubrirá con las aportaciones de los usuarios que se unan al proyecto como socios de la comunidad energética y de inversores, particulares e institucionales, interesados en participar en proyectos con impacto positivo en términos sociales y medioambientales y con rentabilidad garantizada. Además, están abiertos a que empresas con preocupación por sus impactos sociales y en el medio ambiente se unan.

La transición hacia un nuevo modelo energético basado en las energías renovables es clave en la lucha contra el cambio climático y la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. La Comunidad de Energía Renovable (CER) es una de las figuras prioritarias para el avance y la consolidación de este nuevo sistema y, como tal, ha sido reconocida en la Directiva Europea de Energías Renovables, en la legislación nacional -el Gobierno está trabajando en un plan estratégico para impulsar las comunidades energéticas- y en la autonómica -con el ‘Plan Estratégico de Comunidades Energéticas 2030’, puesto en marcha por la Generalitat-, que la convierte en pionera en España en la implantación de este modelo de autoconsumo energético centrado en las personas y las energías renovables. La futura Ley de Cambio Climático valenciana las contempla como modelo estratégico o prioritario.