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Hace unos días, repasando los últimos datos de Red Eléctrica sobre los costes del sistema, me detuve en una cifra que debería hacernos reflexionar: los llamados servicios de ajuste -ese conjunto de mecanismos invisibles que garantizan que la luz llegue a casa con estabilidad- ya representan más del 15 % del precio final de la electricidad. Y creciendo.

Este tipo de costes no suelen salir en las noticias ni en la factura de la luz con letras grandes. Pero están ahí. Y lo cierto es que cada vez pagamos más no por la energía que consumimos, sino por lo complejo que se ha vuelto garantizar su suministro.

Por eso me animo a escribir estas líneas. Porque, como siempre decimos en Sapiens, la mejor forma de defendernos como ciudadanía frente a esta realidad es empoderarnos energéticamente. Y eso empieza por tomar decisiones sobre cómo producimos, compartimos y almacenamos nuestra propia energía.

Autoconsumo: una decisión inteligente que protege tu bolsillo

El autoconsumo ya no es una promesa, es una realidad consolidada. Si produces parte de tu electricidad con placas solares en tu tejado, reduces tu dependencia de la red… y también de sus sobrecostes.

Pongamos un ejemplo sencillo.

Un hogar medio que cubre el 50 % de su consumo con energía solar instantánea y vierte el resto a la red, apenas paga algo más de 1,7 euros al mes por los servicios de ajuste. Mientras tanto, quien sigue comprando toda su energía a la red, ya está asumiendo hasta 4 euros mensuales más solo por estos costes.

La comunidad energética: sumar para multiplicar

Ahora bien, si el autoconsumo es poderoso, hacerlo de forma colectiva es todavía más transformador.

Cuando compartimos una instalación entre varias personas, no solo reducimos costes y mejoramos la eficiencia técnica: estamos también construyendo un modelo energético diferente, más democrático, más justo, más conectado con nuestros barrios y pueblos.

Las comunidades energéticas permiten que personas con distintos horarios, consumos o perfiles puedan complementarse. Lo que uno no aprovecha, lo consume otro. Esa sinergia reduce el uso de la red y, con ello, los peajes y costes asociados.

Y, lo mejor de todo: nos da la oportunidad de recuperar el control sobre un bien básico como es la energía. Como sociedad, lo necesitamos más que nunca.

Almacenamiento: el paso siguiente para la autosuficiencia

Con una batería bien dimensionada, puedes guardar los excedentes que antes se vertían a la red… y usarlos cuando más lo necesitas, como por la noche o en días nublados.

Esto no solo incrementa el ahorro. También minimiza la exposición a la volatilidad del sistema eléctrico. Usuarios con almacenamiento que apenas cubren un 10 o 20 % de su consumo desde la red apenas notan el impacto de estas subidas silenciosas.

Lo que pasó tras el apagón: ¿por qué sube la factura de la luz si el pool baja?

Desde el apagón del pasado 28 de abril, algo que apenas ha salido en los medios está teniendo un impacto real en el bolsillo de los hogares: el precio del mercado mayorista (pool) ha caído a mínimos históricos, pero la factura regulada (PVPC) ha subido.

Y no, no es una contradicción. Es el reflejo de un sistema que aún necesita tecnologías fósiles y márgenes de seguridad muy costosos para operar.

Un precio históricamente bajo. Y sin embargo…

…la factura ha subido más de 4 euros

Pese a ese descenso, los consumidores en PVPC han pagado en mayo entre 3 y 4 euros más en su factura. ¿Por qué? Porque tras el apagón, Red Eléctrica reforzó la seguridad del sistema encendiendo más ciclos combinados de gas, manteniendo reservas activas caras y aumentando la compra de servicios de ajuste.

Todo eso se paga. Y se reparte entre quienes más dependen del sistema: los consumidores que compran toda su energía de la red.

Ejemplo real: ¿cómo se traduce esto en tu factura?

Supongamos un hogar medio con un consumo mensual de 300 kWh.

¿Resultado? Aunque la energía cuesta menos de la mitad, la factura casi no varía. Y lo peor: si no se corrige la dependencia del sistema, estas cargas irán a más.

¿Y si ya tengo autoconsumo o soy parte de una comunidad?

Fantástico. Estás en el buen camino. Pero hay margen para seguir mejorando:

  • ¿Has valorado incorporar almacenamiento?
  • ¿Tienes acceso a tus datos de consumo para optimizar el uso?
  • ¿Tu comunidad energética ya está activa, o puedes impulsarla con más participación?

Desde Sapiens Energia te podemos acompañar en todos esos pasos. Nuestro equipo está a tu disposición para ayudarte a sacar el máximo partido a lo que ya tienes, o a avanzar hacia el siguiente nivel.

Conclusión: cuando cuidas tu energía, cuidas mucho más

La transición energética no va solo de cambiar combustibles por renovables. Va de replantearnos las reglas del juego. Va de empoderar a las personas, de fortalecer el tejido local, de reducir la desigualdad y de luchar de forma efectiva contra el cambio climático.

Hoy más que nunca, invertir en autoconsumo, en comunidad y en almacenamiento es proteger tu economía, pero también tu futuro y el de los que te rodean.

Fuentes consultadas