La rehabilitación energética de edificios, un factor clave en la lucha contra el cambio climático, la justicia social, la creación de ocupación y la activación de la economía
- En la rehabilitación energética, integral y bioclimática de edificios, barrios y ciudades se dan cita los factores más remarcables de la transición justa hacia una economía baja en carbono.
- El sector de la vivienda y la construcción de edificios en general, ya sean industriales, turísticos, comerciales o de servicios es el responsable del 40% del consumo de energía en Europa y del 38% de las emisiones de CO₂. Por lo tanto es un sector altamente impactante en el cambio climático y también en la balanza de pagos en la medida que los edificios se alimentan energéticamente con combustibles importados. En el caso del estado español con una dependencia energética del 75% y del País Valenciano del 92% el problema toma una mayor y preocupante dimensión.
A partir de esta realidad, es muy importante considerar las oportunidades que la transformación del sector hacia la sostenibilidad y las bajas emisiones contiene. Si además, el 97% de las construcciones existentes en Europa son energéticamente poco o nada eficientes, encontramos un potencial de reducción de la demanda energética existente superior al 80%.
Como fecha que especialmente nos afecta, en el caso del estado español, más de 6 millones de viviendas fueron construidos antes del año 1980 y 10 millones con antelación en 2001, con unos Códigos Técnicos de la Edificación de ínfima calidad que tampoco han mejorado los sucesivos códigos técnicos en la medida de aquello necesario y esperable. Este tipo de edificación existente es, además de su alta ineficiencia energética, en parte causa directa de las bolsas de pobreza energética de millones de familias.
El esfuerzo que los nuevos gobiernos, tanto estatal como autonómico están llevando a cabo tienen que redoblarse porque España no se puede permitir lanzar por la ventana en forma de sobreconsumo energético en viviendas y edificios más del 6% del PIB.
Ciertamente, la rehabilitación y la innovación en nuevos materiales y técnicas constructivas, están haciendo aflorar nuevos yacimientos de ocupación que también necesitan de formación específica de técnicos y trabajadores en las nuevas disciplinas constructivas y de una financiación especializada y adecuado. Todo ello supone una reactivación de la actividad productiva y de la economía de un sector como el de la construcción, fuertemente castigado por la pasada crisis económica.
Por lo tanto, si el objetivo es conseguir un parque de viviendas y edificios de consumo casi nulo, como marca la Directiva 2018/844 de eficiencia y rehabilitación energética de edificios, tenemos que ser conscientes que prácticamente la totalidad del parque de viviendas construido antes de 2001 es demandante y está condicionado a algún tipo de intervención, necesitando una rehabilitación energética y/o integral. Esta necesidad se tiene que contemplar también en el contexto de la rehabilitación integral de barrios, ciudades y resto de edificaciones no habitacionales.
Esta realidad abre un espacio de oportunidades para la generación de ocupación tanto en la propia rehabilitación como en la investigación y fabricación de nuevos materiales que estudios rigurosos y fiables como los de GBCe estiman en más de 150.000 puestos de trabajo directos y de manera continuada hasta 2050, fecha señalada por la Unión Europea para conseguir la neutralidad en emisiones de CO₂.
La creación del Observatorio del Hábitat y la Segregación Urbana de la Comunidad Valenciana en la pasada legislatura por el Gobierno Valenciano es una excelente noticia, como también lo es la participación en el proyecto Reduces donde se han implicado empresas relacionadas con la economía circular, el Instituto Valenciano de la Edificación (IVE), la Universitat Politècnica de València (UPV), y la Vicepresidencia Segunda y Consellería de Vivienda y Arquitectura Bioclimática como responsable del instrumento político de aplicación en la Comunidad Valenciana.
Igualmente, la rehabilitación energética e integral conecta con la totalidad de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), y más directamente con el 7, por una energía sostenible y limpia, el 8, trabajo decente y desarrollo económico, el 11, ciudades y comunidades sostenibles, el 13, de acción por el clima…, etc.
Son todos ellos elementos que nos indican que vayamos en la buena dirección, pero que hay que redoblar los esfuerzos, marcando agendas claras porque el reto es de proporciones gigantescas pero también de repercusiones directas muy positivas para un futuro sostenible que mejoro la vida de la gente.