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(Actualizado el 7 de octubre). La constante escalada del precio de la energía es uno de los principales focos de preocupación para hogares, empresas y Administraciones Públicas, que asisten a los sucesivos máximos históricos sin capacidad de reacción. El coste de la luz casi multiplica por diez el nivel de hace un año…y la tendencia alcista parece, a corto plazo, difícil de parar.

¿Qué hay detrás de estas subidas? ¿Qué podemos hacer, como consumidores, para minimizar su impacto?

Si nos centramos en las razones de estos precios récord, hay dos factores determinantes: el precio del gas natural -combustible del que depende más del 20% de la generación eléctrica en España-, que se sitúa entre 8 y 9 veces por encima del nivel de hace un año; el coste de los derechos de emisiones de CO2, que duplican a los del pasado ejercicio, y el sistema de fijación de precios -un sistema marginalista, que implica que todas las tecnologías se retribuyen al precio de la última en entrar en mercado y que, habitualmente, es la más cara-.

No hay previsión de que esta situación pueda revertirse a corto plazo. España no produce gas -solo una pequeña cantidad, en Andalucía- y tiene que importarlo. No se esperan bajadas ni en el precio del gas natural ni de los derechos de emisiones al menos durante los próximos seis meses. Si no se aplica un cambio radical en el sistema de fijación de precios, continuaremos viendo niveles récord.

Este escenario plantea una creciente presión sobre hogares e industrias en un trimestre en el que el cambio de temperaturas y la mayor actividad conllevarán, en general, mayor demanda, más consumo y mayores importes en las facturas.

¿Qué podemos hacer para minimizar los impactos?

En nuestro día a día, todas las personas y organizaciones consumidoras tenemos a nuestro alcance medidas para reducir y ser más eficientes en nuestro uso de la energía. Entre ellas, la revisión de nuestros contratos de electricidad, para garantizar que estén ajustados a nuestras necesidades reales; un buen control de los aislamientos de nuestro domicilio o instalaciones; optar por iluminación led y electrodomésticos eficientes, y reflexionar sobre nuestros hábitos, para, en la medida de lo posible, consumir menos.

Pero, sin duda, la medida con mayor impacto es una decidida apuesta por incrementar la aportación de energías renovables al mix de producción energética, de manera que sigan ganando peso en el pool y contribuyan a que los precios no sean tan altos.

En este contexto, el autoconsumo -tanto individual como colectivo- se presenta como la alternativa más eficiente, sostenible y viable para muchos de los consumidores. Contamos con tecnología muy avanzada, eficiente y a un precio asequible -con periodos medios de amortización de las inversiones de entre 6-7 años-, que nos permite ganar autonomía respecto al sistema eléctrico y ahorrar entre un 20-30% de media en nuestra factura anual. Además, este tipo de proyectos pueden acogerse, en estos momentos, a una gran variedad de ayudas y subvenciones a nivel europeo, nacional, autonómico y local.

Comunidades energéticas: autoconsumo accesible y eficiente

El autoconsumo colectivo, a través de comunidades energéticas de energías renovables, permite acceder a esta modalidad de producción y uso de electricidad a todo tipo de consumidor, sin grandes inversiones ni necesidad de espacio físico propio para la instalación fotovoltaica. Los miembros de la comunidad se convierten, al mismo tiempo, en productores, gestores y usuarios de la energía, con un sistema de organización y gestión democrático.

Este tipo de instalaciones de autoconsumo colectivo pueden promoverse en municipios, comunidades de vecinos y áreas empresariales. En el caso de la Comunitat Valenciana, existen diferentes incentivos y líneas de ayudas públicas para instalaciones de energías renovables, tanto a nivel autonómico, como provincial y municipal. La línea abierta en 2020 y ampliada en 2021 para financiar a fondo perdido instalaciones fotovoltaicas de comunidades energéticas ha permitido el despegue de esta figura en la Comunitat y su liderazgo en España en su implantación.

Y, todo ello, contribuyendo directamente a la sostenibilidad medioambiental y los objetivos de transición energética en nuestro entorno, dado que la generación de energía de proximidad y a pequeña escala es clave para consolidar un modelo basado en las renovables, más limpio, económico y accesible para todas las personas.

¿Quieres ser parte activa de este nuevo modelo? La decisión está en tus manos.